Nadie puede viajar a la Laponia sueca e irse sin haber hecho su sesión de sauna y su posterior bautismo en hielo. Si vienes a Suecia en invierno, sobre todo al norte de Suecia, y te vas sin haber probado estas actividades te has perdido una gran oportunidad de llenarte de energía y limpiar cuerpo, mente y alma.
Una de las partes más emocionantes de la cultura del norte de Suecia tiene que ver con las sesiones de sauna en grupo donde se discutían los problemas de las sociedades rurales, se hacían negocios e incluso se daba a luz (por ser uno de los lugares más limpios del pueblo).
Svansele, un centro de actividades nórdicas de la Laponia sueca, cuenta con su Svansele Vildmarkscamp, un espacio perdido en medio de la naturaleza con alojamiento en forma de cabañas samis, saunas, un tobogán de agua que va directo al lago y las badtunnor o bañeras de madera al aire libre llenas de agua caliente. Aquí ni siquiera hay lavabos o electricidad.

Caminando por la nieve – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se
Para llegar desde la cabaña sami principal hasta la zona de saunas se camina 10 minutos a través del bosque nevado, por un puente a través de un río helado … un paisaje de ensueño en la oscuridad del cielo boreal en invierno iluminado únicamente por las linternas o farolillos que lleves encima o, si tienes suerte, por las auroras boreales.

Haciendo un agujero en el hielo – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se
Allí nos dirigimos Jorge y yo, dispuestos a disfrutar de una sesión de sauna tras lo cual nos meteríamos en un agujero en el hielo que habíamos hecho previamente en el lago. Recibimos las últimas instrucciones y nos fuimos directos a la sauna.

Instrucciones sauna y hielo – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se
Cerca de la medianoche tras haber estado un buen tiempo en la sauna calentándonos y haber preparado la bañera de agua caliente para después del bautismo en hielo nos dirigimos al lago helado dónde habíamos instalado una escalera en un agujero. La temperatura 0,2ºC. Quienes nos acompañaban iban vestidos con sus plumones, botas de nieve, gorros, guantes … y nosotros en bañador, albornoz y chanclas o … ni siquiera eso porque yo me las olvidé. Descalzo bajé 200 metros caminando por la nieve … directo al hoyo. Y yo era el segundo. Jorge el primero en atreverse.
Cuando metes tu cuerpo en agua casi congelada este reacciona de una manera previsible. O hiperventilas, es decir, respiras muy aceleradamente e inspiras muy poca cantidad de aire, o por el contrario, tus pulmones se contraen y dejas de respirar debido al contraste térmico. Previamente, nos habían contado qué debíamos hacer al introducirnos en el agua helada: tratar de respirar con normalidad. El caso es que aun sabiéndolo lo difícil es acordarte de hacerlo.

Isvak metiendome en un agujero en el hielo – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se
La verdad es que nos portamos como dos campeones. Dos valientes españoles metiéndose por primera vez en un hueco en el hielo en la Laponia sueca sin rechistar es algo que dejó impresionados a los propios suecos. Tras ello de nuevo la caminata cuesta arriba (sin chanclas!) desde el lago hasta la bañera de agua caliente donde nos metimos con la sangre en ebullición.

Caminando por la nieve en la Laponia sueca – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se

Tras el bautismo en hielo toca bañera de agua caliente en Laponia sueca – Foto: Ted Logardt / visitskellefteå.se
Si venís, y os atrevéis, tenéis que seguir dejando el pabellón bien alto. La cuestión es que nosotros al día siguiente íbamos a hacer otra gesta: nadar 25 metros en agua helada en el Winter Swim Festival de Skellefteå.
Y tú, ¿te atreverías? Si ya has sido capaz déjame tu experiencia en los comentarios.