Una de las cosas que recuerdo me sorprendió bastante durante las primeras visitas a Suecia tiene que ver con la manera de decorar e iluminar las casas en su interior. Lo primero a notar es que no hay una norma establecida por la cual la luz principal de la habitación en cuestión deba ser una lámpara en el techo con su correspondiente ristra de bombillas situadas en una posición más o menos central. Más bien predominan las lámparas de pie con atenuadores hechos de tela y otros materiales.

Velas iluminando la noche sueca, foto: Israel Úbeda/sweetsweden.com
En España, por el contrario, luces, bombillas, lámparas o focos tienden a refulgir iluminando por completo la estancia en la que se encuentran. Como norma general aquí en pocas ocasiones hay reguladores de intensidad y en menos aun se utilizan. Supongo que será porque estamos en una zona donde luce el sol habitualmente y estamos acostumbrados a esa claridad.
En las casas suecas, en cambio, predomina de por sí una iluminación muy atenuada. A los que no estamos acostumbrados nos da la sensación al inicio de andar sumidos en una semipenumbra hasta que nuestras pupilas se toman su tiempo de adaptación a las nuevas circunstancias lumínicas. No hablo de oscuridad, hablo de una clara disminución de lumens.
A esto se le añade la predilección sueca por las velas. No se trata de esas velas típicas que todos hemos visto usar a nuestros padres cuando uno se quedaba sin luz en medio de una tormenta o simplemente saltaban los plomos. Más bien, ese nuevo estilo de velas aptas para situarse en los bajos de un quemador de incieso u otras fragancia, que en IKEA se venden a docenas. Velas con una paupérrima duración de vida pero que son sustituidas sin tregua por otras nuevas dispuestas a aportar luz a la velada.
«Man ska tända ljuser» me dijeron. «Hay que encender velas» musité. «¿Es necesario?» pensé.
Intrigado yo por ese gusto extendido por las velas pregunté a mi amiga el porqué. Andaba yo buscando una utilidad especial que sugiriera su uso. Algo trascendental que me permitiera averiguar la practicidad de tal comportamiento. Su respuesta me dejó pensativo. «För det ska va’ mysigt«. Así de sencillo. «Para que sea acogedora». Estupefacto pensé en las casas españolas. ¿No son acogedoras las nuestras? Quizá es que los lugares «mysiga» nos los solemos buscar fuera de casa en algún pub o bar cercano.
Con el tiempo, debo confesar, he empezado a extrañar el ambiente acogedor de las casa suecas. Sobretodo en esas noches de invierno donde apetece estar acurrucado en el sofá con la iluminación justa sin tener el típico aplique en el techo iluminando cual lámpara de interrogatorio detectivesco.
¿Qué pensáis vosotros? ¿Preferís la iluminación directa para la vida cotidiana y las velas para ocasiones lúdicofestivas o por el contrario vivís entre luces atenuadas y sombras?
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Sinceramente estoy muy de acuerdo con el tipo de iluminación sueca, yo la uso en mi habitación aunque a mi madre no le guste, pero por la noche, en vez de encender la luz normal de España (la superbombilla la llamo)enciendo unas cuantas velitas y es realmente acogedor aunque puede no ser muy bueno cuando quieres leer un libro a su luz, pero es tan bonito y te transporta a un mundo del más absoluto silencio y tranquilidad…
Normal que después, por las mañanas cuando deciden encenderme las luces, me levanto como un cohete sorprendido y acostumbrado a iluminaciones tenues por la intensísima luz de la lámpara, motivo por el que tuve que cambiar de sitio la cama ya que me daba siempre por su culpa contra la estanteria que tenia encima…
Eso si, tengo que vigilar no tener un accidente con las velitas y quemarme las cejas :)
Enhorabuena por un gran blog sobre Suecia
Dragon
en mi caso voy adoptando costumbres suecas, que muchas me encantan, y una de ellas es la iluminación con velitas
aunque yo tengo la lámpara de techo de toda la vida y una de pie halógena que puedo regular, sigo prefiriendo las velas… que son parte importante de mi decoración y casi todas de Ikea :D
Solo espero no quemar algún día algo -como ya me dijo una amiga sueca que le pasó-
Me sumo a las enhorabuenas por tu estupendo blog (acabo de descubrirlo o sea que mis comentarios van con un poco de retrasillo)
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